El estrés y la hipertensión arterial en la ocupación laboral
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Resumen
Hoy en día el estrés reviste una gran importancia porque afecta a un gran número de personas y tiene numerosas implicaciones en la salud de quienes lo padecen. La atención de los expertos se centra en el estrés laboral a mediados de la década de 1970, entre otras cosas porque disminuye nuestro rendimiento y motivación y puede ser el origen de accidentes de trabajo.
Dado que el estrés no es algo que podamos evitar totalmente, la mejor manera de hacerle frente es saber en qué consiste, reconocerlo cuando nos esté afectando e identificar que es lo que produce ese estrés, para así eliminarlo o paliar sus efectos.
Introducción
En el presente trabajo nos proponemos poner de manifiesto la relación existente entre el estrés y su relación con la ocupación laboral. La relajación y el tratamiento del estrés disminuyen solo moderadamente la presión arterial, incluso en pacientes altamente motivados. Por tanto, aunque estas técnicas pueden tener efectos secundarios beneficiosos, como disminución de la ansiedad y de la sensación de mayor bienestar, sus aplicaciones clínicas en el tratamiento de la hipertensión son limitadas. En algunos casos el estímulo stressante es de tal magnitud que constituye una forma especial de los trastornos de ansiedad que recibe el nombre de stress post-traumático. Se denomina así a la sensación de intenso temor, desamparo u horror, que comienza poco tiempo después de una experiencia traumática, con remembranzas intrusivas recurrentes, sentimiento de culpa, trastorno del sueño, etc., con múltiples síntomas somáticos. El stress crónico suele estar asociado a distintas situaciones vivenciales, entre las cuales se destacan por su importancia la presión laboral, la desadaptación matrimonial y el bajo nivel socioeconómico. De las numerosas teorías que existen para explicar el estrés, hemos escogido la que a nuestro juicio es la más fácil de entender. Ante una situación que nos produce estrés, nuestro organismo sufre múltiples reacciones. A través de nuestros sentidos detectamos la situación. Esta información llega al cerebro donde es calificada como perjudicial o peligrosa para nosotros. Nuestro organismo procede entonces a prepararnos, para una situación de defensa y rápida capacidad de respuesta. Para ello, se libera adrenalina, sustancia que eleva la presión arterial y el número de latidos por minuto de nuestro corazón.
Desarrollo
En los momentos actuales es importante destacar que en la mayoría de los trabajos no solemos enfrentarnos a riesgos físicos, por lo que el origen de nuestras tensiones se debe más a las interacciones con nuestros compañeros, superiores o subordinados, o surgen de la propia tarea a realizar o del papel que desempeñamos dentro de la organización.
Otro aspecto que se debe conocer sobre el estrés, es que puede afectar a cualquier persona dentro de una organización. Como analizaremos en este artículo, el director general de una organización tiene, sin duda, muchas responsabilidades; pero no tiene por qué sufrir más estrés que un operario de la línea de montaje de su compañía. Varios mecanismos se han postulado para explicar una posible correlación entre el stress, la ansiedad y la depresión con el desarrollo de hipertensión arterial y con el incremento de la morbimortalidad
cardiovascular. Tales mecanismos son: a) exagerada actividad del sistema nervioso simpático que tendería a elevar los niveles basales de presión arterial con el correr del tiempo; b) modelos neurohormonales sugieren que las características psicológicas pueden predisponer al desarrollo de hipertensión por alteración del sistema de control de la función de barorreceptores, actividad opioide y niveles de neurotransmisores; c) predisposición a cambios de conducta relacionados con factores psicológicos que incluyen dieta, obesidad, tendencia al sedentarismo, consumo de tabaco, alcohol, drogas ilegales, etc. El estres en el trabajo es producido por las tensiones que las personas deben afrontar cada día para cumplir con las exigencias y requerimientos de su oficio o profesión. Como ya hemos mencionado el estrés es la respuesta del organismo ante agentes estresores, estos agentes son tomados como tensionantes, agresivos o peligrosos y generan una serie de reacciones a nivel físico y emocional que pueden afectar la salud física o causar trastornos psicológicos. No todas las personas padecen estrés ante los mismos estresores, depende de como estén preparados para afrontar las diversas situaciones que se presentan y de cual sea su visión sobre ellas. Cada sujeto tiene su propia valoración de las circunstancias que lo rodean, debido a esto dentro de un mismo trabajo hay quienes pueden padecer cuadros graves de estres y en cambio otros manejan perfectamente las presiones sin que los afecte en absoluto. Una persona que no se siente a gusto con su trabajo, ya sea por las tareas a realizar, un mal ambiente o una baja retribución estará más propenso a padecer estrés laboral que aquellos que disfrutan lo que están haciendo. Una de las características del estrés en el trabajo es que la persona no es consciente de padecerlo, puede expresarlo a través de síntomas que a menudo son confundidos con diferentes patologías.
¿Nos afecta a todos por igual?
No todos reaccionamos de la misma forma ante las situaciones o circunstancias que nos producen estrés. Por una parte las interpretaciones que las personas hacen de una misma situación son diferentes, al igual que las repuestas que dan son también distintas, pues cada persona tiene un bagaje de conocimientos, experiencias y habilidades propio y característico.
Relación de algunos síntomas físicos provocados por el estrés en el trabajo.
* Uno de los primeros síntomas que suelen presentarse en el estrés laboral son los dolores de cabeza frecuentes, estos pueden aparecer durante el horario de trabajo o posteriormente.
* Erupciones cutáneas, la piel es el primer órgano de choque en casos de estrés y suelen aparecer alergias, dermatitis o irritaciones.
* Los trastornos digestivos están también dentro de los síntomas del estrés, no sólo en casos de estrés laboral sino también del estrés emocional.
* Dolores musculares, contracturas cervicales producidas por las contracciones constantes e involuntarias de los músculos.
* Hipertensión arterial, el estrés en el trabajo es causa de subidas de la presión, ante la sensación de mareos, naúseas, dolor de cabeza o zumbidos en los oídos es necesario acudir para que se mida la tensión arterial.
* Dolor en el pecho, Taquicardia o palpitaciones pueden ser también síntomas de estrés laboral.
* El estrés y las preocupaciones causadas por el trabajo pueden elevar los niveles de colesterol con lo cual se corre el riesgo de sufrir accidentes cerebro-vasculares y problemas cardíacos.
Causas que pueden producir estrés en el trabajo
* Se considera que un mal ambiente laboral es una de las principales causas del estrés en el trabajo. Ese mal ambiente puede consistir en un mal relacionamiento entre las personas que están obligadas a compartir muchas horas juntas lo cual provoca tensiones o roces constantes. También puede tratarse de un lugar físico desagradable en el cual se deben desempeñar las tareas. El relacionamiento con jefes o superiores es también uno de los factores causantes del estrés laboral.
* Las personas muy exigentes consigo mismas o que deben llevar a cabo trabajos que implican grandes responsabilidades son muy propensas a sufrir estrés a causa del trabajo.
* Otra de las causas del estrés laboral es no estar capacitado para la función que se le encargó realizar.
* Los trabajos en los cuales hay demasiadas exigencias producen tesiones diarias que culminan en cuadros de estrés.
* Cuando la persona se siente disminuída por estar realizando tareas que están por debajo de su nivel y sus capacidades, estará incómodo o humillado lo cual le producirá angustia y estrés.
* La inseguridad sobre la permanencia en determinado puesto o el riesgo de despido figuran también entre las causas más frecuents del estrés laboral.
* Una baja remuneración, ya sea porque no está acorde con el trabajo desempeñado o porque las tareas realizadas no ameritan mejor paga, ante esto la persona realiza su trabajo a desgano y con desagrado.
* La sobrecarga de trabajo siempre conduce al estrés, ante esto están más propensos quienes trabajan una cantidad excesiva de horas y aquellos que realizan esfuerzos físicos o intelectuales que van más alla de lo considerado normal.
Reducción del estrés
Esta medida, casi siempre difícil de llevar a la práctica, es útil ya que se conoce como la actividad y el estrés se correlaciona estrechamente con los niveles de presión arterial y los picos hipertensivos, cuyo significado aún no está totalmente establecido.
Pueden asociarse diferentes técnicas de relajación, aunque .su efecto hipotensor no se ha demostrado vaya mas allá de la duración del procedimiento. De todos modos, debe estimularse a aquellos individuos que se encuentren motivados y obtengan algún beneficio.
¿Puede el estrés ser el principio de hipertensión arterial?
Las situaciones vitales y el estrés pueden desempeñar un papel importante en el desarrollo y mantenimiento de la hipertensión arterial. Estos factores sicológicos se sumarían a otros factores como el tabaquismo o a los derivados de la dieta como la obesidad o la ingesta de sal en exceso.
¿Cómo el estrés habitual puede inducir en la hipertensión?
El estrés crónico puede provocar hipertensión a través de múltiples vías:
- Aumentando el gasto cardíaco de origen simpático
- Disminuyendo la actividad vagal
- Aumentando los niveles de catecolaminas
- Potenciando el sistema renina angiotensina aldosterona o
- Disminuyendo la sensibilidad del reflejo barorreceptor.
¿Siempre el estrés conlleva a la hipertensión?
Desde el punto de vista epidemiológico se sabe que las personas que han sobrevivido a catástrofes naturales o bélicas muestran niveles elevados de presión arterial que se prolongan semanas o meses tras las mismas y luego vuelven a la normalidad.
No puede afirmarse, al día de hoy y con carácter general, que la hiperreactividad al estrés en situaciones puntuales permita predecir el desarrollo futuro de la hipertensión arterial. Las diferencias individuales son importantes y entre ellas, las derivadas de un funcionamiento exagerado del sistema nervioso simpático y de la presencia o no de antecedentes familiares de hipertensión arterial.
¿Qué consecuencia posee el estrés laboral en la hipertensión?
La actividad laboral se asocia a incrementos en los valores medios de presión arterial que pueden o no atravesar el umbral de hipertensión.
Se ha comprobado que la respuesta puede ser diferente en hombres y mujeres trabajadores. Mientras que el varón se ve más afectado por las demandas profesionales y situaciones de agresividad o ira contenidas, la mujer, sobre todo si es además madre de familia, presentaría mayor respuesta al estrés doméstico que al que manifestaba durante el trabajo.
Algunos subgrupos de personas con antecedentes familiares de hipertensión podrían resultar más sensibles al efecto del estrés y contribuir éste al desarrollo de hipertensión en el futuro.
¿Intervienen las emociones en la presión arterial?
Determinados rasgos psicosociales como la variabilidad emocional negativa, que suele acompañarse de menor satisfacción social, mayor percepción de estrés diario, rasgos de ansiedad y síndrome depresivo suelen asociarse a una mayor respuesta de presión arterial y frecuencia cardíaca ante las emociones negativas percibidas a lo largo del día.
¿Recurren las técnicas de control de estrés para intervenir en la presión arterial? La relajación es una técnica de autocontrol del sistema nervioso que puede ser utilizada como ayuda para el control de la hipertensión arterial. Los individuos pueden relajarse voluntariamente en distintas situaciones de su vida personal o profesional, lo cual favorece una disminución de la presión arterial por reducción de la activación del sistema nervioso autónomo. Pero no puede considerarse como la única herramienta para el manejo de la hipertensión.
Conclusiones
- El estrés es un inestabilidad entre las exigencias del medio y los recursos disponibles por los individuos, generalmente producido por factores psicosociales que inciden con potencia sobre todos los seres humanos; los cuales, día a día, se enfrentan a las crecientes exigencias de una sociedad globalizada y consumista. El ser humano ante un estímulo externo manifiesta con una reacción que puede tener efectos positivos o negativos según sea la valoración que haga de la situación, de las demandas de la misma y de los recursos que considere tener para revolverla.
- Si se considera que los objetivos trazados son grandes, deberán posponerse para tratar de conseguirlos más adelante y ocupar las energías en proyectos alcanzables a corto plazo. Se refuerza así la motivación para prepararse para nuevos propósitos.
Bibliografía
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7. Vaillant GE, Gerber PD. Natural history of male psychology health, XIII: who develops high blood pressure and who responds to treatment. Am J Psychiatry 1996; 153 (7 Suppl): 24-29
Autor:
Lic. Emiliano Andrés Reyes Barrizonte
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La Ley General de la Seguridad Social presume accidente laboral las lesiones que sufra el trabajador durante el tiempo y lugar de trabajo. Partiendo de esta premisa, el Juzgado de lo Social número 7 de Bilbao ha concedido la incapacidad laboral por accidente de trabajo a una médico que sufrió un episodio de hipertensión arterial en el transcurso de una operación. El fallo se basa en este hecho y en los informes médicos.
El juzgado de primera instancia admite la demanda de una médico adjunto adscrita al servicio de cirugía infantil de un hospital del Servicio Vasco de Salud. La sentencia considera probado que la facultativa, durante la intervención de toracoplastia que estaba realizando, presentó un episodio sincopado con pérdida de conciencia y una tensión arterial 240/120.
Como consecuencia de este hecho se le recomendó por el servicio médico del hospital dejar de realizar guardias por la dedicación y estrés que conllevan, pues había sido diagnosticada de hipertensión esencial grado III sin afectación visceral.
Dentro de la ley
La clave del proceso, dice el fallo, se centra en determinar si la incapacidad temporal acordada para la facultativa por padecer hipertensión arterial deriva o no de accidente laboral.
El fallo comienza recordando lo dispuesto en el artículo 115 de la Ley General de la Seguridad Social, donde se define el concepto de accidente de trabajo, disponiendo que "se presumirá, salvo prueba en contrario, que son constitutivos de accidente de trabajo las lesiones que sufra el trabajador durante el tiempo y lugar de trabajo".
Teniendo en cuenta lo dispuesto en la norma, el juez aclara que "dicha presunción únicamente quedará desvirtuada cuando hayan ocurrido hechos de tal relevancia que sea evidente a todas luces la absoluta carencia de relación de causalidad entre el trabajo que el empleado realizaba con todos los matices físicos y psíquicos que le rodean y la contingencia que con tal ocasión sufra".
En el caso estudiado, el fallo, que acoge los argumentos de Alfonso Atela, asesor jurídico del Colegio de Médicos de Vizcaya, considera que se cumplen los requisitos legales, es decir, presume que la enfermedad mantiene una relación directa con el trabajo desempeñado por la médico. En efecto, el juez concluye que en el supuesto en liza "ha de entrar en juego la premisa del artículo 115 de la Ley General de la Seguridad Social, puesto que los síntomas de agravación y aparición súbita de la enfermedad se producen en el lugar de trabajo".
Prueba documental
La relación causal entre la enfermedad de la facultativa y el ejercicio profesional resulta acreditado no sólo por el episodio que sufrió en el transcurso de la operación que practicaba, sino también "en los informes médicos que recomiendan que la trabajadora evite la sobrecarga física y mental a fin de evitar el descontrol de la patología".
Por último, el juez, que presume que la enfermedad se origina o se agrava con el desempeño profesional, concluye que dicha presunción no ha sido desvirtuada por la mutua de la Seguridad Social contra la que se dirigía la facultativa.
Así, aquélla no ha "articulado prueba que fehacientemente acredite una exclusión total de la relación entre el trabajo y la lesión, máxime teniendo en cuenta que se puede establecer una relación entre factores laborales, sobrecarga física y psíquica y descontrol de la hipertensión arterial".
Infarto en guardia localizada
La calificación del infarto de miocardio como accidente laboral o enfermedad común también ha sido objeto de pronunciamiento por parte de los tribunales.
Como ha sucedido en el caso analizado por el Juzgado de lo Social de Bilbao, lo determinante para considerar el infarto como accidente laboral es que el acontecimiento se produzca en el lugar de trabajo donde el médico presta servicios. En este punto hay unanimidad de los tribunales. Sin embargo, el problema que acontecía en el infarto de miocardio era determinar si también merecía la calificación de accidente laboral el sufrido cuando el médico desempeña la actividad laboral fuera del centro de trabajo, como es el caso de la guardia localizada.
La incógnita fue despejada por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, que declaró que "son guardias o servicios de localización aquéllos en los que el facultativo, aun cuando no está presente en la institución, se encuentra en un situación de disponibilidad que hace posible su localización y presencia inmediata cuando fuese requerido por el centro". La clave para calificar el infarto como accidente laboral es, según el fallo, la disponibilidad para trabajar.
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